Fragmento del poema La Corbata, de A. F. Molina




El extenso poema La Corbata, de A. F. Molina, se publica en Caracas (Venezuela) en octubre de 1969, en el n.º 14 de la colección de poesía «Árbol de fuego», dirigida por Jean Aristeguieta que, a su vez, también aporta unas palabras preliminares de las que extraemos dos tramos:


1/ La amistad con este intelectual español me viene desde hace años. Raras veces es posible expresar de alguien: «Nunca me ha fallado». Es el caso con A. Fernández Molina, quien, para comenzar, fue mi primer editor en España, país al que me siento unida en una dimensión que toca lo supremo. Antonio dirigía entonces —1954—, junto con su excelente revista de poesía Doña Endrina, una colección poética, en la cual incluyó un pequeño libro mío: Embriaguez de mi pulso, editado cuidadosamente en la calle de Elvira, de la ciudad de Guadalajara. […]

II/ ¿Y su poesía? ¿Cómo ilustrar o configurar su cosmovisión en un breve prólogo cual este? Poesía original, valerosa, que rompe contra lo convencional de manera categórica. Poesía en constante metamorfosis, como debe ser la actitud del poeta alerta, que no le teme a la Medusa que petrifica ni al cuervo que vaticina lo salvaje-mediatizado, la monstruosidad de la rutina.

En este poema-libro La Corbata, resplandeciente, prosaico, mágico, entrega un esquema sincero, libro que el poeta ha regalado en su primera edición a ÁRBOL DE FUEGO.  

A continuación reproducimos los primeros versos del poema-libro siguiendo la versión corregida por el autor incluida en el volumen Poesías Completas I, de Antonio Fernández Molina (Libros del Innombrable. Zaragoza: 1999. ISBN: 930025).


La Corbata

(fragmento)


Espléndida señora,

mi amor,

y, tú, nube que cruzas ante mi azotea,

detente o pasa, sigue, sigue, sigue,

                                                  sí, sí, sí o no;

silencio en la punta de los dedos,

noche o penumbra,

jardinería o sueño:

atención, planetas risibles,

botellas vaciadas en los estantes

momias rubias,

destrozadas ilusiones cotidianas

seres que con el alma larvada madrugáis,

acariciadoras pezuñas profesorales,

atención un momento,

y hagamos unas consideraciones sobre la corbata.

¡Oh, escándalo! ¡Oh, precisión! ¡Oh, bufanda!

¡Oh, bufidos enmascarados y bigotes, trigotes, monigotes!

Oh, sí, hagamos unas consideraciones,

llevemos al terreno de las consideraciones

este tema apasionante

como un pedazo de tarta

¡Es hora de tratar temas profundos!


¡Sí, ha sonado la hora con naturalidad como dentro

de una bodega crece la yesca!

Y en el terreno oportuno de la sinceridad

arrancamos un árbol

y lo colocamos sobre la mesa

como a una res dispuesta para trocearla.

Buenos días, o

buenas tardes, o

buenas noches, o

buenas carnes, buenas ganas, buenas intenciones de

arrojar la camisa como un papel

y poner de manifiesto

el deseo de explicar ya de una vez

que las dentaduras postizas y las moscas recién llegadas

merecen la mayor atención.

¡Ah! ¿Pero estaba usted ahí

con su cara de lluvia plagada de remordimiento?

Atemos y desatemos el nudo

y coloquemos la lengua, recién planchada,

colgando desde el gaznate

hasta quedar bien sujeta con el cinturón,

y ahora hablemos.

Hay tanto que decir

que uno titubea.

En tiempos de nuestros abuelos

—pero no es preciso remontarse tanto—

en tiempos de nuestros padres,

ayer mismo, como quien dice,

cuando el precio de la patata era muy prudencial

y las bicicletas…

(bueno, ¿a qué viene ahora hablar de las bicicletas?)

quiero decir en tiempos (iba a señalar mejores), en tiempos que

están ahí a la mano,

entonces, la corbata

tenía un significado

(¡Eejem!)

la corbata tenía un significado claro,

significaba eso la, sí, eso significaba la, la corrección

—también los guantes (pero ¿quién se acuerda ahora

de los guantes?, corto)—

la corbata era signo de,

pues sí, claro, de muchas cosas

y este trapo me sugiere el recuerdo

de mis mohosas tías llenas de buenos sentimientos

a las que debo algunas tardes aburridas

y la satisfacción de no estar de acuerdo ni con ellas,

ni…


Si desea más información sobre el primer tomo de las Poesías Completas, de A. Fernández Molina:

https://www.librosdelinnombrable.com/producto/poesias-compleas-i-1953-1972/


Para más información sobre el autor:

https://www.librosdelinnombrable.com/autores/antonio-fernandez-molina/


Comentarios